jueves, 3 de junio de 2010

Palabras

Naoko hincó los codos sobre la mesa y clavó la vista en un calendario que colgaba de la pared. Tal vez esperaba encontrar allí las palabras adecuadas. Por supuesto, no las halló. Suspiró, cerró los ojos y se arregló el pasador del pelo.

-No importa -tercié-. Comprendo lo que quieres decir. Pero yo tampoco sé cómo expresarlo.

-No puedo hablar bien -dijo Naoko-. Me pasa desde hace un tiempo. Cuando intento decir algo, sólo se me ocurren palabras que no vienen a cuento o que expresan todo lo contrario de lo que quiero decir. Y, si intento corregirlas, me lío aún más, y más equivocadas son las palabras, y al final acabo por no saber qué quería decir al principio. Es como si tuviera el cuerpo dividido por la mitad y las dos partes estuviesen jugando al corre que te pillo. En medio hay una columna muy gruesa y van dando vueltas a su alrededor jugando al corre que te pillo. Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla.

Naoko levantó la vista y me miró a los ojos.

-¿Entiendes lo que quiero decir?

-Esto nos sucede a todos -añadí-. Todos queremos expresarnos y nos impacientamos cuando no encontramos las palabras apropiadas.

Naoko pareció decepcionada por mi comentario.

-No era eso -dijo,pero no añadió nada más.




Haruki Murakami, "Tokio Blues"